Mantener la seguridad es un
aspecto fundamental para cualquier empresa que
trabaje con las nuevas
tecnologías, ya sea en Internet o no. Cuando hablamos de
seguridad en el comercio
electrónico destacamos cuatro aspectos básicos:
Autentificación. Consiste en
verificar la identidad de los agentes
participantes en una
comunicación o intercambio de información. Las
formas más comunes de
autentificarse son las basadas en claves, las
basadas en direcciones y la
criptografía. Esta última es la más segura, ya
que, en las otras dos, existe
la posibilidad de que alguien intercepte la
información y pueda suplantar
la identidad del emisor.
Confidencialidad. Este
aspecto de la seguridad permite mantener en
secreto la información y que
sólo los usuarios autorizados puedan
manipularla. Para mantener la
confidencialidad se utilizan técnicas de
encriptación o codificación de
datos.
Integridad. Esta capacidad
de la seguridad evita que la información
emitida sea modificada por una
persona ajena a la transmisión. Se
consigue mediante el uso de
firmas digitales.
No repudio. Este aspecto
consiste en comprobar que los participantes
en la transmisión de
información realmente han participado en ella. Con
esto conseguimos, a ambos
lados de la comunicación, que quien ha
mandado el mensaje no pueda
renegar de él.
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